domingo, 31 de octubre de 2010

¿Halloween o Día de Muertos?


Cuando yo era niña en México no se festejaba Halloween y para ser sinceros también se había perdido mucho de nuestra tradición de Día de Muertos. Sólo se hacían altares en algunos lugares específicos como los cementerios de muchas ciudades de Michoacán, pero en las casas y las escuelas ya no se realizaban, o al menos esa es mi percepción.

Yo tenía familiares viviendo en el norte y ahí era otra cosa, la tradición estadounidense ya se había permeado en los estados mexicanos vecinos. Fue ahí donde por primera vez vi con admiración y "envídia" (yo era una niña) como los niños se disfrazaban y pedían dulces de casa en casa.


Ahora es diferente, a mis hijas ya les tocó festejar Halloween en México. Casi en todas las ciudades los niños han adoptado la tradición anglosajona. Pero lo curioso es que la tradición mexicana no se perdió sino al contrario, ahora en cada rincón de este hermoso país se vuelven a armar unos maravillosos altares: en las casas, en las escuelas, en las plazas, en las oficinas. Eso me gusta. Parece que un grupo de personas cuando vieron que no podían contra la globalización optaron por reforzar nuestras costumbres.

Así es como ahora tenemos una mezcla de ambas tradiciones, el día 31 de octubre los niños se visten de vampiros, brujas, calabaza o cualquier otro personaje extraño y el 2 de noviembre festejan el Día de Muertos con un maravilloso Altar.



Creo que esa es una enseñanza que me llevo para mi proceso de migración, no se deben perder las tradiciones propias, pero no hace daño adoptar nuevas. Es una actitud, que a mi parecer, enriquece porque nos hace tolerantes y nos permite entender un poquito las diferencias.




A mí me encantan las dos actividades: Halloween me parece un excelente pretexto para convertirse en niño nuevamente, disfrazarse y pasarla increíble; y el Día de Muertos me permite compartir con mis hijas mis recuerdos sobre mis seres queridos que ya no están con nosotros, saborear juntos nuestras comidas típicas y enseñarles una actividad que nos hace únicos como mexicanos, nuestra muy particular forma de ver la muerte.


viernes, 29 de octubre de 2010

Para compartir y recordar!!!

Nunca he hecho un blog, ni tengo idea de como se hace pero supongo que iré aprendiendo, no quiero hacer un foro de discusión, simplemente compartir con mi familia y amigos (incluídos aquellos que se vayan uniendo en el camino) todas esas cosas que llenan mi cabeza: ideas, reflexiones, anécdotas.

Ahora que existe la posibilidad de que migremos a Canadá no dejo de pensar en qué es lo que me motiva a partir y qué es lo que siento me va a costar más trabajo estando allá, quiero tenerlo muy claro, porque migrar no es fácil y podría suceder que en los problemas del día a día uno se pierda en la desesperación y pierda la brújula. Una de esas cosas que rondan mi cabeza es la familia y sobre todo los niños.

                                     

Tengo claro que cuando partamos no podremos estar presentes en muchos de los momentos importantes de los abuelos, los tíos, los sobrinos. Y sobre todo sé que ellos no estarán cuando mis hijas festejen sus cumpleaños, presenten sus trabajos escolares, abran los regalos en navidad, aprendan a andar en bicicleta. Esto es algo que me importa, porque yo tuve la suerte de compartir con mi familia toda clase de momentos especiales, pero también es cierto que con la familia de mi mamá sólo compartíamos una o dos veces al año y no por eso los lazos son más débiles, al contrario con muchos de ellos tengo una mejor relación que con primos con quienes convivía cada fin de semana. A veces es cierto que la calidad del momento hace más que la cantidad. 

En la actualidad hay tantos medios electrónicos que nos permiten sentirnos cerca, espero que sepamos aprovecharlos para acercarnos en esos momentos cuando los sentimientos son tan fuertes que tenemos la necesidad de compartirlos.

Y para terminar ya que estamos hablando de festejar y recordar, escribiendo esta entrada y poniendo la foto del cumpleaños de los enanos me acordé de aquellas maravillosas fiestas que nos organizaba mi mamá, donde gracias a que las tres cumpliamos años tan seguiditas se convertían en todo un evento. La que más recuerdo es aquella de disfraces, mi mamá nos mandó hacer los atuendos de payasos, nos pintó y organizó una fiesta encantadora: con sala de cine, juegos de destreza, piñata, palomitas, dulces y sobre todo mucho amor, porque no puedo dejar de ver las fotos y el video sin pensar que sólo alguien que te quiere tanto se esmera en dejar todo tan bonito. ¿De qué se acuerdan ustedes?