Vuelvo a las razones para migrar... y descubro que son tantas.
Los seres humanos reaccionamos distinto aún a las mismas experiencias. Las cosas que hacen feliz a una persona pueden ser las mismas que otro odia. Así veo yo la migración, yo lo veo como un sueño, para otros sería una pesadilla.
Me gustan los cambios, odio cuando mi vida se estanca. Creo firmemente que la felicidad es más una actitud, una forma de vida, que un lugar al que se llega. Soy feliz aquí donde estoy y como soy, estoy segura que Canadá no me dará la felicidad, sin embargo creo que tiene muchas cosas que yo he estado buscando y lo más importante es que representa un enorme reto que me permitirá descubrir más cosas de mí misma y de mi familia. Para mí, de eso se trata la vida.
Busco en este sueño la posibilidad de reinventarme, en mi país las puertas se van cerrando mientras vas creciendo, al parecer en Canadá hay más oportunidades de reiniciar mi carrera profesional o reinventarme. Aprender nuevos idioma y nuevas formas de hacer las cosas les generará a mis hijas más opcones de vida. Mi marido podrá continuar con su profesión con la posibilidad de seguir creciendo, pues aquí en México se estaba quedando sin opciones.
Mentiría si dijera que no tengo miedo, cada cambio representa un riesgo, pero no soportaría la idea de no haberlo intentado, soy de las personas que prefieren sentir dolor a no sentir nada. Llegó el momento de saltar y lo hago con miedo pero con una enorme esperanza. Quiero esta experiencia, quiero esta posibilidad, quiero este nuevo reto en mi vida.
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