Después de
un año de vivir en Montreal tendremos la oportunidad de volver a México a pasar
unas vacaciones en familia. He leído las impresiones de otros cuando regresan a
sus países de origen y tengo mucha curiosidad de saber cómo vamos a vivir nosotros
esta experiencia. Me pregunto cómo vamos
a sentirnos, cómo vamos a ver las diferencias, si los otros nos percibirán distintos.
En fin, tantas cosas.
Con la cabeza en las vacaciones, el verano en la universidad ha resultado muy pesado. Ya me había acostumbrado al horario de noche donde podía hacer las tareas por las mañanas, cuando nadie estaba en el departamento. Llevar dos materias de forma intensiva durante sólo tres semanas, requiere mucha organización y uno termina todos los días haciendo tareas hasta muy altas horas de la noche. Aunque creo que estoy más cansada porque ya me quiero ir… es más una percepción que una realidad.
Pero no
sería justo dejar de mencionar que este verano montreales nos ha encantado.
Aprovechamos las ventas por internet y compramos una bicicleta para las niñas;
hemos ido a cuanto parque hemos podido a hacer días de campo; no han faltado
las carnes asadas y las reuniones con los amigos; tuvimos nuestras primeras
visitas y los pudimos llevar al festival de fuegos artificiales; conocimos las
playas de agua dulce y… nos morimos de calor en el país donde muchos creen que
sólo existe el invierno.
A nuestro
regreso prometo escribir porque supongo que habrá mucho que contar.
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